Blogia
bappf

Y todo sigue igual, ¿o no?

Pues todo sigue, más o menos, igual... ¿o no? Al menos, a mi conciencia le cuesta reacostumbrarse a mi tradicional agrafia y de poco le valen ya los pretextos del viaje a París y las alteraciones propias de las épocas que ahora concluyen.

Cierto que acabo de matricularme en la Alianza Francesa y que he comprado un bono para acudir, por primera vez en mi vida, a un gimnasio. Pero algunos de los fantasmas más contumaces —que creí, infeliz de mí, iban a ser incapaces de tramontar el medianil entre año y año— se me han presentado súbitos y amenazantes. Mareo las aguas que, algo apartadas ya de las que llaman negocio, colindan con el fraude. Se cierne una tormenta ética de la que temo salir cornudo y, con añadidura de inri, apaleado. Todo desenlace es posible y el de los cobardes que huyen se me antoja el más sosegado y apetecible.

De los males del que se fue y de los proyectos del año que entra iré dando cuenta en estas páginas. De que no se malogren los últimos y tiendan a reproducirse los primeros dependerá el que en doce meses pueda decir ¡ja!

Nota más de andar por casa: mi programa de gestión de proyectos ya tiene ojos que ven, uno de los lóbulos que piensan y una mano, torpe aún, que garabatea proto-calendarios.

0 comentarios